lunes, 2 de diciembre de 2013

ANTECEDENTES E HISTORIA

ANTIMICÓTICO

El concepto de agente antifúngico o antimicótico engloba cualquier sustancia capaz de producir una  alteración tal de las estructuras de una célula fúngica que consiga inhibir su desarrollo, alterando su  viabilidad o capacidad de supervivencia, bien directa o indirectamente, lo que facilita el funcionamiento  de los sistemas de defensa del huésped.
El término micosis se utiliza en las infecciones causadas por hongos microscópicos; algunas micosis causadas por hongos saprofitos que se encuentran en piel y mucosas se vuelven patógenas cuando la resistencia del huésped es baja o cuando existen condiciones locales o generales para su desarrollo.
Las micosis se dividen en: superficiales, cutáneas, subcutáneas y profundas o sistémicas (viscerales o diseminadas); están limitadas a ciertas regiones geográficas donde muchas  personas las adquieren, pero la mayoría solo desarrollan síntomas menores, pueden llegar a ser crónicas y son muy resistentes al tratamiento. Las micosis profundas son causadas  por hongos patógenos u oportunistas que afectan a personas inmunodeprimidas en forma
grave y pueden llegar a ser mortales, estos microorganismos viven libres en la naturaleza, en el suelo y en material orgánico o en putrefacción.
Las micosis de piel y mucosas constituyen un problema sanitario de alcance mayor en la población mundial de todas las edades, y se calcula que generan, al menos, del 5% al 10% de las consultas dermatológicas.

HISTORIA
Los primeros antifúngicos datan de 1900 cuando se empleaba el ioduro potásico; entre 1940 y 1950 surgieron los tratamientos tópicos con acción fundamentalmente exfoliante y queratolítica y un débil poder antifúngico; en los años siguientes se desarrollaron los antifúngicos de uso  tópico y sistémico (tolnaftato, haloprogina, griseofulvina, imidazoles, inhibidores de la síntesis de pirimidinas y polienos). En la década de los 90 se incorporaron los triazoles, siendo el itraconazol el primer antifúngico oral con actividad sobre un espectro amplio de hongos. En pleno siglo XXI las investigaciones continúan y periódicamente aparecen nuevos agentes como el voriconazol, la caspofungina entre otros.


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